Con frecuencia me he planteado cómo evalúo, sobre todo en
relación con otros de mis compañeros/as. En general, creo que no soy
extremadamente estricta y que más bien podría decirse que corrijo con manga
ancha.
Me parece esencial precisar que imparto asignaturas del
departamento de Geografía e Historia en Bachillerato. En concreto, este año
imparto Historia e Historia del Arte en 2º de Bachillerato e Historia Contemporánea
en 1º de Bachillerato.
La corrección de las pruebas en más sencilla en la
asignatura de 1º puesto que las pruebas no se corresponden con un determinado
formato. No obstante, también en estas es más sencillo calificar las preguntas
cerradas: no hay nada que interpretar, sólo indicar lo correcto, por ejemplo,
cuando hay que identificar una serie de conceptos con su definición. La cosa se
complica cuando las respuestas son abiertas, ya que puede haber tantas
variantes como alumnos/as. Lo mismo sucede con preguntas teóricas que requieren
un desarrollo amplio.

En todos los casos intento también corregir las pruebas de
un modo lo más anónimo posible y, aunque parezca una tontería, ordeno los
ejercicios siguiendo un criterio alfabético. Esto me permite simplificar la
introducción de las notas en mi cuaderno y, al mismo tiempo, evita que se
junten todos los buenos ejercicios y todos los malos ejercicios. También intento
indicar de forma clara cuáles son las razones por las que he dado una cierta
puntuación, porque en pruebas de este tipo los alumnos y alumnas tienden a no
reconocer los errores cometidos, aún cuando estén comparando sus respuestas con
las de alguien que lo ha hecho ostensiblemente mejor.
Bueno, de todos modos, dado que recibo pocas quejas por mi
modo de calificar sigo pensando que no soy muy estricta.
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